La respuesta es NO, antes de guardarlas hay que realizar la limpieza de las alfombras exhaustivamente , ya que aunque a primera vista nos puedan parecer limpias, sus millones de hilos pueden esconder sorpresas desagradables, que pueden ir a más durante el calor de los meses de verano.
Algunos de los elementos que pueden ser más nocivos para nuestras alfombras sin llegar a ser perceptibles son:
Humedad
Pequeñas cantidades de agua derramada, zapatos mojados...si guardamos las alfombras con restos de humedad pueden provocarlas decoloración y bacterias, ya que una alfombra húmeda en un ambiente cálido es el lugar ideal para la reproducción de bacterias.
BARRO
El barro se queda en las alfombras y se incrusta, pudiendo provocar daños irreparables si además se guardan esos residuos durante meses.
PEQUEÑAS piedras y arena
Esto puede destrozar las fibras de su alfombra, como resultado, la alfombra pierde rápidamente su brillo y el pelo se vuelve descuidado y quebradizo.
ESPORAS DE MOHO
La atmósfera húmeda y caliente que aporta una calefacción central hace que aparezca una enorme variedad de colonias de moho en el hogar que pueden depositarse en la superficie de la alfombra.
Restos de comida
Que pueden convertirse en desagradables larvas durante las vacaciones de verano.
Esto puede provocar daños irreversibles, lo que conlleva el no poder volver a utilizar la alfombra la temporada que viene.
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